Es una organización sin fines de lucro que dió comienzo en el año 1997 brindando talleres dirigidos hacia el Desarrollo Familiar. La cual se constituyó como Asociación Civil el día 09-nueve de julio de 1999.
Posteriormente a la llegada de los fundadores John y Leticia Kerl a la ciudad de Monterrey y con la iniciativa de servir a la comunidad regiomontana. Nace FUNDEFAM, tras identificar la escasez de herramientas para la crianza de sus hijos buscando dar respuesta a las necesidades imperantes de los padres de familia.

A la transformación de comunidades en situación de vulnerabilidad, implementando un modelo integral que promueva una vida plena, fundamentada en la justicia, la paz y la fe. Estos valores no solo le brindan sentido a la existencia de las personas, sentido a la existencia de las personas, sino que también impulsan un cambio social profundo y sostenible.






Es por ello, que en sus inicios FUNDEFAM ofreció talleres dirigidos a Padres con el objetivo de mejorar la calidad de las relaciones en la familia a través de su Programa “Familias funcionales” con PECES (Padres Eficaces con Entrenamiento Sistemático) y Resolución de conflictos intrafamiliares. Además de ofrecer espacios de crecimiento a parejas con Inteligencia Emocional en la Pareja y Los 5 lenguajes del amor.
Más adelante, surgiría el Programa “Proyecto Down” con el propósito de brindar apoyo y orientación para familias que contarán con la necesidad de atender a un miembro con síndrome de Down.
Hacia el año 2005 se aperturó un grupo de niños, espacio donde a través de actividades recreativas se enseñaba el idioma inglés utilizando recursos como juegos, historias y canciones. Tomando en cuenta el proceso de desarrollo de las infancias, y las necesidades que surgían con ello se vió la oportunidad de abrir un espacio para adolescentes y jóvenes. En dónde el principal objetivo era brindar un espacio seguro y de sana convivencia de acuerdo a su edad. Asimismo, se cubría un área importante que es la prevención de violencia y el limitar los tiempos disponibles de los adolescentes, al brindarles un lugar de sano esparcimiento contrario a la realidad vívida de la comunidad en donde los índices de violencia eran considerablemente altos.
La experiencia fue nuestra mayor aliada, al brindarnos herramientas y habilidades para crecer y mejorar nuestro servicio a la comunidad.
Esto permitió a su vez, realizar un diagnóstico de necesidades y llegar a formalizar el Programa de Desarrollo Comunitario que atiende a tres grupos poblacionales: Mujeres, Jóvenes y Niños. Dentro del cual las principales vías de intervención son: Prevención de violencia, Desarrollo integral de las y los beneficiarios, así como el Desarrollo de líderes comunitarios con el objetivo de la transformación social mediante los recursos de la propia comunidad. Generar agentes de cambio en su entorno social.